Divina Pastora. Escuela Colonial. Siglo XVIII. Óleo sobre lienzo. La obra presenta a la Divina Pastora sentada en un paisaje sereno, bajo un cielo azul verdoso que enmarca la escena con un halo de tranquilidad. Viste un sombrero de ala ancha adornado con pluma blanca, túnica rosada, manto azul oscuro y capa forrada de piel blanca, todo ello modelado con sutiles transiciones cromáticas. Dos corderos se sitúan a ambos lados de la figura femenina, ambos tocados por rosas que la pastora les ofrece con delicadeza. La composición se articula en torno a un eje central que realza la figura principal, cuyas facciones suaves y mirada apacible evocan la idealización característica del arte virreinal colonial. El tratamiento decorativo de las vestiduras, junto con la rigidez algo ingenua de los animales, delata una sensibilidad devocional propia del arte religioso popular del ámbito hispanoamericano. El uso del color, cálido y contrastado, y la estilización de los elementos naturales refuerzan su expresividad simbólica. Esta pieza se inscribe plenamente en la iconografía mariana de la Divina Pastora, devoción muy extendida en el mundo colonial desde el Siglo XVIII. Medidas: 82 × 61 cm; con marco 88 × 67 cm.
Escena galante. Escuela barroca española. Siglo XX Óleo sobre tabla. Tres figuras se agrupan en un entorno exterior frondoso: un joven músico toca la guitarra, mientras una joven dama lo escucha con atención y otra sirve vino en una copa. En torno a ellos se disponen frutas, flores y esculturas clásicas que aluden a la sensualidad y el placer. El uso de colores intensos como los rojos, azules y dorados, junto a una iluminación suave, confiere a la obra una atmósfera refinada. La pincelada es detallada y precisa, con atención a las texturas textiles, florales y ornamentales. Firmado por J. Padilla, esta escena galante evoca la tradición barroca hispánica y su gusto por lo teatral, lo simbólico y lo sensual. Obra de fuerte impacto visual, rica en elementos decorativos y con una clara narrativa de corte festivo y amoroso. 81 × 59 cm.
Mujer leyendo. Escuela Inglesa. Siglo XVIII Óleo sobre lienzo. Medidas: 32 x 25 cm (sin marco); 40 x 35 cm (con marco). En un interior elegante, una mujer joven, vestida con indumentaria oscura, aparece sentada en actitud pensativa con un libro abierto entre sus manos. La escena, impregnada de intimidad y melancolía, se enmarca en un entorno ricamente decorado con cortinas, muebles y un espejo que sugiere profundidad. La presencia de un loro sobre el respaldo aporta un toque exótico. La composición aprovecha las luces cálidas que inciden lateralmente, creando claroscuros teatrales en la figura. Con un lenguaje pictórico de raíz romántica, esta obra responde a los ideales de introspección y sensibilidad propios del arte europeo de mediados del Siglo XIX.
Paisaje rural. Firmado A.V. Benoits. Escuela Francesa. Siglo XIX Óleo sobre tabla. Medidas: 31 x 20 cm (sin marco); 45 x 34 cm (con marco). Composición vertical con una escena de arquitectura rural: una casa de entramado con tejado rojo se alza sobre un sendero flanqueado por vegetación exuberante y un puente de madera. El cielo despejado acentúa la calidez de la escena, resaltando los volúmenes de la vivienda. El trazo preciso, con pincelada contenida y atención al dibujo, confiere serenidad a la obra. La etiqueta en el dorso certifica el soporte “Composite Artist Board” de A.V. Benoits, cuya firma figura también al frente. La obra se encuadra en la escuela francesa de paisaje realista con acentos románticos, representativa de las corrientes provinciales del Siglo XIX
Paisaje holandes. Firmado Louis Valpol. Escuela Holandesa. Siglo XIX Óleo sobre tabla. Medidas: 31 x 21 cm (sin marco); 48 x 38 cm (con marco). Vista de paisaje holandés con dos molinos de viento en primer plano, rodeados por una vegetación densa que enmarca un pequeño canal navegable. Una barca reposando en la orilla acentúa la tranquilidad del entorno. La pincelada es vibrante y pastosa, especialmente en la vegetación, con una paleta dominada por verdes, cremas y azules claros. El tratamiento de la luz y la frescura de la atmósfera remiten al impresionismo holandés tardío. Firmado por Louis Valpol, este paisaje combina la tradición topográfica con una ejecución espontánea y expresiva, propia de la pintura de género de finales del Siglo XIX
Santa Teresa. Copia de Luis Tristán. Firmado Antonio Grosso. Escuela Española. Siglo XX Óleo sobre lienzo. Medidas: 50 x 40 cm (sin marco); 57 x 47 cm (con marco). Representación de Santa Teresa de Jesús en actitud orante, con el rostro cargado de misticismo y profunda expresión interior. La monja aparece envuelta en su hábito blanco y negro, destacando sus manos unidas y su mirada contemplativa que dirige hacia lo alto. La luz que incide lateralmente acentúa los volúmenes de su rostro y manos, y genera un fuerte contraste con el fondo oscuro. La composición revela un claro interés por los valores espirituales, emulando la expresividad intensa de Luis Tristán, discípulo de El Greco. La obra está firmada por Antonio Grosso y se inscribe en una tradición española devocional de influencia manierista reinterpretada en clave moderna con pincelada firme y dramatismo contenido.
Cruz de ágata y oro de 18 quilates en caja. Escuela Europea. Siglo XIX Ágata y oro de 18 quilates. Medidas: 6 x 4 x 0,4 cm. Cruz latina elaborada en ágata de tonos rojizos, con extremos y engastes en oro de 18 quilates. La superficie lisa de la piedra semipreciosa se realza con la calidez del metal, configurando una pieza de marcada sobriedad y nobleza. Presentada en estuche original, refleja el uso devocional y ornamental de las cruces en la joyería del Siglo XIX, donde la espiritualidad se unía al refinamiento material.
Carey y plata. Medidas: 20 x 0,3 cm. Pulsera articulada formada por placas rectangulares de carey enmarcadas en monturas de plata, unidas mediante bisagras laterales. El contraste entre los tonos cálidos y veteados del carey y el brillo metálico acentúa la elegancia de la pieza. Obra propia de la joyería decimonónica, en la que los materiales orgánicos de lujo eran combinados con metales nobles en accesorios de uso cotidiano, vinculados al gusto burgués por lo exótico.
Pendientes con perlas y brillantes. Escuela Europea. Siglo XX Oro de 18 quilates con monturas de brillantes y perlas naturales. Medidas: 2.5 x 0.5 x 1 cm. Peso total: 5.5 gramos. Elegante pareja de pendientes con cierre tipo omega, formados por tres engastes lineales de brillantes que culminan en una perla de lustre nacarado. La composición vertical, sobria y equilibrada, denota diseño contemporáneo de alta joyería europea. La combinación de diamantes y perlas evoca el clasicismo moderno y la pureza formal. Su ejecución precisa y proporción perfecta realzan la distinción y atemporalidad del conjunto.
Camafeo femenino. Escuela Italiana. Siglo XIX Concha tallada en relieve sobre montura de oro de 18 quilates. Medidas: 5 x 3 x 1 cm. Broche de extraordinaria calidad, que presenta el busto de una mujer clásica en perfil, adornada con guirnalda floral y espigas. El fino modelado del rostro y la delicadeza de la cabellera reflejan la maestría de los talleres italianos del Siglo XIX, herederos de la tradición camafeística napolitana. El marco de oro grabado a buril realza la nobleza del conjunto. La pieza sintetiza el ideal de belleza neoclásica y la perfección artesanal del camafeo decimonónico, símbolo de refinamiento y estatus social.
